Los llamados “preparadores de peticiones de bancarrota” ofrecen servicios en algunas áreas del país o por Internet. Aunque sus honorarios suelen ser más bajos que los de los abogados, los preparadores de peticiones de bancarrota generalmente no son abogados y, por lo tanto, no se les permite brindarle asesoramiento legal o representarlo en la corte si hay problemas con su caso. Si usted es una persona con recursos muy limitados, en algunos estados o ciudades es posible que pueda obtener los servicios de un abogado que lo represente sin cargo de forma pro bono a través de una oficina de asistencia legal o un colegio de abogados local.